El mar de los social media acojona. De lejos está bonico, interesante el ir y venir. Y el día que decides zarpar, la cantidad de información es tan abrumadora que bloquea. Te surge un hambre voraz y quieres abarcar todo. Los Twits interesantes se te acumulan, el tiempo de lectura se amplia cubriendo cualquier recoveco de la vida diaria. Y cuando pasan un par de semanas, te das cuenta de que Twitter y los dichosos blogs recomendados han puesto tu vida patas arriba.
Pero es un desorden seductor y apasionante. La verdad está ahí fuera, toda para ti, solo hay que seguir el rastro.
Siempre se ha dicho en estos casos, lo de paciencia y una caña. Ahora en vez de caña hay redes, y los peces se cogen a “puñaos”, y claro, cuando tienes el botecito de remos a rebosar de merluzas… te planteas como sacártelas de encima: ¿las tiro?, ¿las vendo?, ¿las tuiteo?
¿Te pasó algo parecido al decidirte a navegar este inmenso océano de información?
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Confío en que tras un tiempo usando Twitter y descubriendo más redes y herramientas, conseguiré construir una “metodología” de investigación 2.0, y adaptarme al ritmo trepidante de la información online. ¿O acaso es imposible?
Buena tu analogía de peces, redes, paciencia y una caña. Hemos nacido en una época en la que parar un segundo significa perder un siglo. Qué le vamos a hacer...
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